El pasado viernes 17 de Agosto sucedió un desgraciado
accidente, con resultado de muerte para un trabajador, en la planta de la
compañía Smurfit Kappa de Alcalá de Henares.
Este indeseable y trágico suceso nos tiene que llevar
a realizar una reflexión profunda sobre nuestra seguridad en el puesto de
trabajo. La cual, nunca será efectiva si ambas partes del contrato laboral
–dirección y trabajadores- no toman verdadera conciencia de este problema.
El papel de la dirección es fundamental, pues es quien
aporta el entorno de trabajo y las condiciones para que este se realice. Debe
ser quien más se preocupe por qué sus trabajadores trabajen con riesgo cero
para su salud. Pero aunque una dirección se preocupe y trabaje con empeño en
esta tarea, sin la concienciación y la adopción de buenas costumbres en la
salud laboral de los trabajadores; no valdría de nada. Tenemos que tener claro
qué en los accidente el único perjudicado es el propio trabajador. Por ello,
debemos extremar el cuidado para sufrir el menor daño posible –o sea, ninguno-. Que el ahorro de un minuto no nos conduzca al
accidente. Así como entender que algunas acciones incorrectas también pueden
conducir a que otros puedan sufrir un accidente.
Otro capítulo, que desgraciadamente este accidente
mortal nos da la razón, es la eliminación de aquellas acciones peligrosas que
por ser rutinarias –incluso realizadas toda la vida- hacemos sin tener en
cuenta la probabilidad de sufrir un accidente que puede ser desde leve hasta
muy grave. Ya al principio de este verano, esta RRTT ha entregado a la
dirección un escrito en ese sentido, para su análisis y posterior discusión en
Septiembre. No dudamos que el interés de esta dirección es la eliminación de
cualquier probabilidad de accidente –así lo estamos constatando en la recientes mejoras de seguridad en la planta-.
Por lo que ambas partes pondremos lo mejor para la consecución de dicho
objetivo. Por nuestra parte, estar seguros que nos esforzaremos en conseguir la eliminación de cualquier posible accidente.